lunes, 4 de agosto de 2008

La historia de un Delegado


El comité solía visitar a los distritos, motivándolos o logrando motivarlos en el aspecto de la recuperación personal, mas en cuestión de tradiciones y servicios los distritos tenían poco o ningún crecimiento. Creamos los Seminarios a distritos, una forma de aprovechar las visitas del comité compartiendo en los tres legados y permitiendo con ésto que los distritos empezaron a familiarizarse en los aspectos de unidad y servicio.
En las reuniones de comité no sólo se informaba, se empezó a tener un tiempo para estudiar y familiarizarse con términos, manuales, guías y todo lo referente a Servicio. Modificamos las Asambleas de área realizando el informe del delegado en tres partes a fin de no hacerlo tedioso y aburrido; asignamos a los RG´s a reuniones de servicios especiales a fin de involucrarlos en el conocimiento de las actividades de las mismas; invitamos a Asambleas y eventos a personal de la OSG y a la Consejera Regional, con fines y propósitos específicos, buscando sacar el mayor provecho de su conocimiento y experiencia; pero sobre todo por la experiencia plasmada en los manuales.
Así, un día llegó la Asamblea de elección, y con ello la posibilidad de convertirme en Delegado, no sólo en el aspecto afectivo, sino también en el activo, pues no había grupos y distrito más trabajador e involucrado en actividades de servicio y con mayores resultados que al que pertenecía. Salí electo, emocionado y contento de la Asamblea, soñando con todo lo que pasaría de ese momento en adelante.
Me apadriné con compañeras que habían sido delegadas o de la OSG, como parte de mi preparación para asistir a la conferencia.
La conferencia llegó y con ella la oportunidad de ser parte activa de la hermandad, la emoción y la responsabilidad, el trabajo, estudio, análisis, las propuestas, votaciones y demás.
Mi compañero de cuarto, Juan Manuel, Delegado del área de Chihuahua, me hizo poner los pies sobre la tierra, pues la primera noche después de la apertura, me invitó a no sólo emocionarme, pues mi área me había conferido una responsabilidad representativa de la cual dependía el progreso y la unidad de los servicios a nivel nacional; me dijo: “No te puedes dormir, sin antes estudiar los asuntos que se tratarán mañana, saca tu carpeta de informes, estúdialos, y después los discutimos, para llegar mañana muy bien preparados”. Así comenzaron mis noches de estudio, discusión y desvelo. Los días eran largos: reuniones programadas que se alargaban, mas las extraordinarias, mas las reuniones de delegados no agendazas, etc. Dormía poco, en algunas ocasiones prefería dormir un rato más que salir a desayunar o en recesos largos regresaba a dormir un rato a la habitación; perdí la noción del tiempo.
Sin embargo, me di cuenta que algunos de mis compañeros delegados estaban poco preparados, habían sido elegidos más por carisma que por conocimientos y manejo de los manuales y guías, cosa que en una conferencia son necesarias para realizar una buena representación y como consecuencia eran los que se aburrían, se dormían, discutían nimiedades y cuestiones sin importancia, se dejaban llevar por la emoción y no por la razón, eran fácilmente influenciables y manejables por otros, etc.
La otra parte eran los delegados estudiados, comprometidos y concientes, daba gusto discutir con bases y fundamentos con ellos, proponer y cuestionar, no por duda, sino por buscar la mejor manera de hacer las cosas.
No siempre es fácil descubrir lo correcto o hacer lo adecuado; ahí es donde entra la mejor de las partes: “EL PODER SUPERIOR” que se manifiesta en la conciencia. No aterrarse y soltar las riendas a la voluntad de Dios; aprender que en ocasiones hasta lo que está mal puede estar bien y que todo tiene un propósito; que la hermandad esta bien en nuestras manos pero que en las manos de Dios esta mucho mejor; contentarse con su parte y su aporte, con el manejo de sus esfuerzos y regresar a su área no sólo emocionado, sino con la satisfacción de que ha cumplido con su labor.
Hablando de emoción, fue súper agradable no sólo pensar que mi área me apoyaba y quería, sino saberlo y confirmarlo cada noche en la cena cuando leían y entregaban los telegramas que mandaban los grupos, compañeros y familiares a la OSG. Fui el Delegado con mayor número de telegramas recibidos durante la conferencia, ¡eso es apoyo! Da ánimos, valor, alegría, y yo no pude hacer menos que atorarle a la chamba más duro y con más amor.
De regreso, ¡a seguir con las ideas de cambio! Empecé a delegar responsabilidades, involucré a los servidores del comité para que entre todos diéramos el informe a la Asamblea, cambiando así el aburrido formato en que al estilo presidencial el delegado hablaba y hablaba y después de un tiempo los RG´s dormían y dormían.
Las cosas empezaron a cambiar ya que mis compañeros servidores y yo estábamos dispuestos a aprender e intentar nuevas maneras de trabajo y servicio que sugerían los manuales, guías, así como la experiencia de otras áreas.
No me creo un reformador, pero estoy conciente de que realicé la parte que me correspondió y que mis ideas sí funcionaron. Y siguen funcionando muchas de las cosas que hicimos por que Dios me colocó en hombros de gigantes: grandes compañeros que me apoyaron, guiaron y ayudaron a hacer un poquito mejor la labor del servicio; a todos los miembros de los cuales he recibido innumerables muestras de cariño, afecto y agradecimiento que hacen que al recordarlo me emocione y me sienta nuevamente satisfecho, que al trabajar con otros y para otros, me quede con habilidades y conocimientos que no hubiese tenido la oportunidad de obtener de no haber estado dispuesto a servir.
“Dios da las nueces, mas no las parte” QUE SU PODER SUPERIOR LES BENDIGA.

Noe R.