jueves, 19 de febrero de 2009

DERRIBANDO MUROS CON MI PODER SUPERIOR

Hace dos años termine el bachillerato, estaba confundida, no sabia que estudiar, tenía dos licenciaturas de mi agrado por elegir: Licenciatura en Biología Marina y Licenciatura en Gastronomía. Elegí Biología Marina y fui admitida en la Universidad, poco tiempo entes de inscribirme decidí que esa carrera no llenaba todas mis aspiraciones, así que no entre a estudiar en esta universidad y me di tiempo, un año mas sin estudiar, al inicio dudaba mucho sobre si mis decisiones eran acertadas y casi me arrepiento de haber dejado pasar la oportunidad; siempre mi Poder Superior esta de mi parte y me permitió en ese año concentrarme en mi bienestar y crecimiento.
Cuando llegó la hora, decidí estudiar Gastronomía, decisión que fue poco apoyada por mis padres, quienes en un principio se empeñaron en hacerme cambiar de opinión, finalmente mi mamá termino brindándome su apoyo incondicional y mi papa no lo hizo, argumentaba que yo era una mujer con mucha presencia, inteligencia y capacidad como para ir a meterme a la cocina. Mi papa intento de todas las formas hacerme cambiar de postura. Me sentí triste por no tener el apoyo de mi papa, me dolía su indiferencia. Cuando mi padre me dijo que no me apoyaría ni moral ni económicamente me dolió aun más que me negara el dinero para mis colegiaturas. Ante esta situación yo tenia que hacer algo y a pesar de todo no permití que aquello me doblara y adquirí valor para hacer frente a mi situación así que una vez más mi Poder Superior me puso la solución, en otra ciudad a mas de un día de camino de mi ciudad natal, encontré una universidad publica que tenia la licenciatura en Gastronomía, tenia buen nivel académico, así que decidí mudarme. Las cosas fueron peor cuando dije que me mudaría por que significaba más desaprobación y menos apoyo así como malos gestos y palabras duras. Aun así pedí valor a mi Poder Superior por que me daba algo de miedo llegar a un lugar totalmente desconocido a donde no conocía a nadie.
Me fui con mi hermana quien decidió estudiar en la misma universidad y nos establecimos con personas que nunca había visto y que gustosas aceptaron darnos alojo. Un día antes de mi examen pedí a Poder Superior que hiciera su voluntad y deje en sus manos el hecho de ser aceptada o no en esta universidad. Un mes después aparecí en la lista de admitidos y con emociones de alegría y temor me mude con mi hermana por completo a la ciudad de Cancún. Antes de llegar aquí creí estar lista para vivir sola, es decir sin mi madre, a quien yo había permitido sacarme constantemente del sano juicio y desear dejar ya de vivir con ella. Me sentía lista por que finalmente pensaba que yo era responsable de mis misma, digo, ya lavaba mi ropa, arreglaba mi cuarto, iba sola a donde quería, etc. Sin embargo me costo mucho trabajo aprender a vivir bien y saludablemente, los primeros meses subí de peso 5 kilos, ahora me doy cuenta de que comía muchísimo, talvez en eso reflejaba mi miedo a quedarme sin comer por hacer mala administración de mi dinero o talvez el estrés que me causaba no tener a lo que estaba acostumbrada y que antes era normal para mi tener, aquí no tenia televisión, ni radio, ni computadora, ni Internet, ni teléfono, ni auto, ni lavadora, ni licuadora, es mas no tenia ni espejo, y la lista puede seguir, ay!!! Era tan frustrante. Me fue muy difícil, extrañaba todo y a todos, desde mi mamá con sus escasos abrazos y apapachos hasta mi cama tan suave y cómoda.
Llore en varias ocasiones y obviamente no iba al grupo, no conocía nada, ni en que parte del estado me encontraba yo. 
En toda la situación, recuerdo que nunca olvide a mi Poder Superior y siempre le pedía fortaleza y cuidado para mi y mi hermana y como dicen “esto también pasará” y es muy cierto esas experiencias desagradables si pasaron y ahora estoy mejor que antes, estoy a más de la mitad de mi primer año de carrera con calificaciones bastante buenas, vivo en el centro de la ciudad, ya se como y a donde ir, voy a la playa, tengo amigos, ya tengo computadora y todo lo que me faltaba, y me cuido espiritualmente, trato de no faltar a ninguna de las sesiones de hijos adultos( por que ya se donde esta el grupo) y también físicamente por que hago ejercicio suficiente para mi salud.

Estoy feliz con lo que he logrado y se que nunca estoy sola, mi Poder Superior no me deja y aunque hay tiempos que no se ven del todo bien, El me da la fortaleza que necesito y me permite aprender de mis experiencias, siempre esta aquí dándome valor para seguir adelante y alcanzar lo que anhelo.



DULCE